EL AMOR DE DIOS Y SU JUSTICIA

Florencia es una abogada enamorada en justicia. Su pasión va más allá de su profesión. Tiene un caso que resolver. Quien busca la verdad se encuentra con Jesús, porque Él es el camino, la verdad y la vida. Ella da testimonio de ello en poesía alegórica. En palacio, el rey debe cuidarse de conservar su corona de bendiciones, codiciada por la corte. Ella se lo advierte en su vibrante alegato de lealtad incondicional. Cristo, el Rey de reyes, llevará a Florencia hacia los valores esenciales, más allá de la mera fidelidad, la lealtad. La paloma blanca simboliza la lealtad del Espíritu Santo. Despliega sus alas para su ascensión en las nubes al primer cielo, luego al segundo en sus combates por la justicia y finalmente al tercero en la vivencia del amor Ágape del Padre. El amor de Dios y su justicia son indisociables. Jesús volverá en las nubes para tomar a su esposa, la Iglesia. Se prepara una boda. El Espíritu y la esposa dicen:¡Veni